Sueños de herrumbre

Sobre los Sueños de herrumbre:

¿Cómo hacer un libro de cuentos? No hay receta posible. O al menos jamás la encontré.
La carencia de manuales e instructivos era una realidad cuando yo inicié mi escritura; esa carencia poco a poco se ha subsanado gracias al aporte de escritores entusiastas en el arte de crear mundos con palabras; deseosos de contribuir a la fábrica de historias, en apoyar a quienes se inician o buscan profesionalizarse con consejos y ejemplos autobiográficos para ilustrar los casos. Consejos, confesiones, no recetarios.

Incluso, hoy en día, es posible encontrar libros de profesores, de estudiosos de la literatura (o de su desensamblaje) que ofertan títulos donde garantizan métodos para alcanzar una escritura eficaz, de éxito y hasta de resonancia bestsellera, aunque, paradójicamente, éstos autores casi nunca consiguen visibilizar sus propias obras de ficción, sólo sus manuales. El problema de la retro ingeniería es que es capaz de clonar las cosas, no de desatar la vía creativa.

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Este libro debió ver la luz hace muchos años, pero la vida se encarga de corregirle a uno los planes y en este momento, sitiados por la pandemia del COVID-19, después de que este volumen enfrentara la ya gastada respuesta de formulario de varias editoriales:
«los libros de cuentos no venden», harto de no ver estos trabajos publicados, acudí a Lengua de Diablo Editorial para plantear esta aventura.

Yo aprendí mucho sobre el oficio de tundir teclados gracias a los prólogos de Asimov y Lester del Rey, a las palabras finales de los autores de Visiones Peligrosas, de los epílogos de Angélica
Gorodischer, de Borges. Por eso ahora no puedo resistirme a hacer este pequeño recuento que aquí aparece sin fechas, pues estas fueron especificadas al final de cada historia.

Algunas portadas alternativas:

 

SOBRE SUEÑO ELÉCTRICO

Este es el cuento seminal, inicial de mi concepto del sueño eléctrico. Como pudieron ver, su realización era ínfima, pobre (y decidí que permaneciera sin cambio); también fue mi primer cuento largo y el arranque de toda esta aventura de escribir y diseñar un propio mundo ficticio. El gadget que me perseguía en la mente, como puede apreciarse, era la consola de videojuegos; en aquel entonces ya martirizaba el
joystick de mi Atari 2600 y soñaba con un futuro donde la aparente ventaja de los arcades, fuera alcanzada por los equipos caseros… Y más allá. Imaginaba video juegos táctiles, con gama realista entera de aromas que fascinaran y volvieran al mundo algo que podría ser indistinguible de la realidad, pero mejorada.
Hoy los videojuegos han cambiado enormemente, el ciberespacio es una realidad que yo ni siquiera contemplaba, pero ni tacto ni aroma están ahí; apenas el placebo de la vibración para lo táctil… y nada para el olfato.
Pero mi universo ficcional empezó aquí y se reproduce con todas sus inocentadas y fallas estilísticas para quienes se preguntan de dónde salieron mis locuras cyberpunk…
Ojalá nos veamos pronto, en otros giros de sueños.

Gerardo Horacio Porcayo. 16.05.22.
04:31hrs. Xoxoutla

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